Luchemos por nuestro sueños. Las derrotas nos hacen pensar que existe algún tipo de confabulación contra nosotros por parte de la vida, eso es totalmente falso e inexistente, las derrotas y los fracasos nos encaminan, nos ayudan a tachar ciertos caminos; sabremos que por ahí no debemos seguir, pero no me refiero a abandonar un sueño o un dirección, no, solo un camino, es decir, tú puedes crear tu camino, si sigues un camino es porque alguien ya pasó por ahí, ¿por qué mejor no crear el tuyo? Sería mucho más satisfactorio si fuese así, pero olvidémonos de eso.
Nunca debemos abandonar lo que queremos, eso en lo que pensamos constantemente porque es lo que nos mantiene vivo, lo que nos da una razón para levantarnos y pensar que quizás hoy sea nuestro gran día de triunfo, estar motivamos e inspirados, no nos podemos dar el lujo de querer ser lo que nosotros queremos ser.
Constantemente somos atacados por la sociedad, y casi siempre por nuestro círculo social más cercano, pero no debemos prestar atención a las personas que nos quieren hacer creer lo que ellos creyeron cuando estaban intentando conseguir lo que quería, pero no pudieron porque su desmotivación fue más fuerte y temprana que el deseo de luchar por lo que anhelaba; no permitas que eso te pase a ti, y mucho menos permitas que tus amigos o la sociedad implante ese pensamiento de creer que las personas no somos capaces de conseguir algo porque estamos limitados por diferentes motivos que son inexistentes, lo que existe es la falta de constancia, esfuerzo, desmotivación, pereza, ociosidad; esas cosas nos limitan y nos hacen retroceder antes que avanzar, o como muchos dice, damos un (1) paso adelante y dos (2) atrás, lo cual muchas veces es cierto.
Debemos dejar de retroceder antes que avanzar, y la perseverancia nos acompañará por el siguiente trayecto que dure nuestro objetivo por alcanzar algo.
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